ROSADO ADAGIO
Tus ojos azabaches
embelesan los míos
seduces mis labios deseosos de caricias,
de dulce ternura
y ardorosa pasión.
Almohadas de tul
delicadamente
perfumadas,
invitan al amor.
Deliro en tus fuertes
brazos,
espejo de mil colores
ilumina el tálamo,
haciendo resplandecer
la alcoba.
El cobrizo verano
termina con rosado
adagio,
aromatizando los
caminos
con plenitud de
besos.
Dichosos los cuerpos
desnudos
abrazados en silencio,
disfrutando los
vestigios escarlata
anidando en el zafiro
convertido en flor.
Blanca espuma humedeciendo el suspiro,
susurrando tú nombre
con el oro del
sol,
navegando profundo
en el océano níveo,
serpenteando la rima
de cada rincón.
Autora: MARIANELA
ALEMÁN
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